viernes, 30 de mayo de 2008

miércoles, 28 de mayo de 2008

Ejemplos de Prudencia

La prudencia es tan discreta que pasa inadvertida ante nuestros ojos. Nos admiramos de las personas que habitualmente toman decisiones acertadas, dando la impresión de jamás equivocarse; sacan adelante y con éxito todo lo que se proponen; conservan la calma aún en las situaciones más difíciles, percibimos su comprensión hacia todas las personas y jamás ofenden o pierden la compostura. Así es la prudencia, decidida, activa, emprendedora y comprensiva.

El valor de la prudencia no se forja a través de una apariencia, sino por la manera en que nos conducimos ordinariamente. Posiblemente lo que más trabajo nos cuesta es reflexionar y conservar la calma en toda circunstancia, la gran mayoría de nuestros desaciertos en la toma de decisiones, en el trato con las personas o formar opinión, se deriva de la precipitación, la emoción, el mal humor, una percepción equivocada de la realidad o la falta de una completa y adecuada información.

La falta de prudencia siempre tendrá consecuencias a todos los niveles, personal y colectivo, según sea el caso. Es importante tomar en cuenta que todas nuestras acciones estén encaminadas a salvaguardar la integridad de los demás en primera instancia, como símbolo del respeto que debemos a todos los seres humanos.

La virtud de la prudencia nos ayuda a saber cuándo aplicar qué virtud y en qué modo. Por ejemplo, un padre de familia tiene que determinar, ante una mala acción de su hijo, cómo aplicarle la justicia en un caso concreto. Ante un banquete, un comensal tiene que usar la prudencia para saber cuánto comer sin caer en el vicio de la gula, o sea, cómo ejercer la virtud de la templanza.

lunes, 26 de mayo de 2008

Ciudadano Prudente

"Bonum honestum”

Su Principio de primacía: El ser es antes que la verdad y ésta antes que el bien”

Es: causa, raíz, madre, medida, ejemplo, guía y razón formal de las virtudes morales


Definición de Prudencia

Madre y fundamento de las demás virtudes cardinales: justicia, fortaleza y templanza. Por lo tanto, toda virtud es por necesidad prudente.

Es la virtud que nos impide comportarnos de manera irreflexiva en las situaciones de la vida. Una persona prudente siempre actúa de manera sensata, esto es el resultado de la valoración que le da a su propia vida, a la de los demás y a todas las cosas que vale la pena proteger.